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Foto del escritorAlexandra Ciniglio

El paraíso de los pinchos.


Advertencia: esta lectura seguramente te abrirá el apetito.

San Sebastián es una ciudad hermosa, mí admiración por el lugar lo dejé claro en la entrega anterior, y si al sitio y su historia le sumas gente amable y comida deliciosa, ¿qué más puede pedir un visitante?



La gastronomía vasca es famosa internacionalmente. San Sebastián posee quince estrellas Michelín repartidas en siete restaurantes, pero más allá de lo que diga la famosa guía del buen comer, los turistas quedan maravillados con la variedad y delicioso sabor de los tradicionales pinchos. Los “pintxos” son originales del lugar y aunque por definición son pedazos de pan que tienen encima un bocado de comida, la evolución de la cocina vasca no deja de sorprendernos.


El mejor lugar para probarlos es seguramente el Casco Antiguo. Parte del ritual es entrar a los bares y deleitarse con la variada barra de pinchos fríos que se ofrecen durante todo el día. También los hay calientes que puedes elegir de la carta. En todo caso lo mejor es acompañarlo con una copa de vino o una cerveza. Los que saben recomiendan ir probando las diferentes variedades de bar en bar. Te sorprenderán las combinaciones que incluyen pescados, mariscos, carnes de diferentes tipos, legumbres, verduras, alubias y quesos. Si tienes restricciones en tu dieta o eres alérgico no te preocupes, en prácticamente todos tienen alternativas para satisfacer los gustos más exigentes y lo mejor es que siempre están dispuestos a complacerte.



La comida vasca en general se basa en la utilización de productos y materias primas de excelente calidad elaboradas de forma sencilla. Por eso vale la pena visitar el Mercado de la Bretxa, uno de los mercados más populares de Donostia, abierto desde 1871. El edificio fue ampliado en varias ocasiones, siendo la última gran renovación en 1999, tras la cual gran parte se convirtió en un centro comercial.


Mercado de la Bretxa

Si te queda espacio después de deleitarte con los pinchos, no dejes de probar algún postre local como el Pastel Vasco, la Cuajada o la Goxua. Si prefieres hay muchas opciones de helados, paletas o dulces a lo largo del recorrido, donde encontrarás además algunas tiendas con productos gourmet.


San Sebastián ofrece visitas guiadas a bodegas de vino, sidrerías y queserías y también puedes encontrar talleres rápidos para aprender a preparar "pintxos" de la mano de los expertos. Sobre el idioma no te preocupes, aunque verás muchos carteles en lengua euskera, todos hablan perfectamente castellano ya que ambos son sus idiomas oficiales.


Para los locales los pinchos son aperitivos que se disfrutan entre comidas, pero los turistas no resistimos la tentación de probarlos todos, así que muy bien podemos sustituir el almuerzo o la cena por estas delicias. Definitivamente será un banquete digno de reyes… A propósito, todavía no he podido contarte sobre la relación de San Sebastián con la realeza. Te recomiendo que no te pierdas la siguiente entrega en mí blog.

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