A dos horas treinta minutos de Madrid hay un pequeño pueblo español que ha decidido desenterrar sus cimientos con la esperanza de reconstruir el pasado y reconciliarse con sus raíces. Se trata de “Castrillo Mota de Judíos”, en la provincia de Burgos, hasta hace poco llamado “Matajudíos”.
Los resultados de los primeros estudios arqueológicos son fascinantes y nos trasladan al siglo X, a solo tres kilómetros de distancia hasta la villa de Castrojeriz, que en ese entonces era centro de poder de la Corona de Castilla, dada su estratégica ubicación en el Camino de Santiago de Compostela. Los documentos históricos demuestran que en el lugar convivían cristianos y judíos, hasta que a principios del siglo XI comenzaron los conflictos. Los judíos fueron expulsados y deciden instalarse muy cerca, en un pequeño cerro o mota al que llamaron “Mota de los Judíos”.
Los estudios demuestran que la comunidad judía se desarrolló en el lugar durante siglos, y con el paso de los años ocurrieron conversiones al cristianismo, por lo que surgió en las afueras de la Mota un barrio de conversos al que llamaron “Castril de Judíos” o “Castrillo de los Judíos”, donde hasta edificaron una iglesia. Los expertos aseguran que había convivencia entre los judíos de La Mota y los conversos, hasta que en el año 1311 Castrojeriz decidió aceptar de regreso a los judíos y La Mota fue abandonada. “Castrillo de los Judíos”, el barrio converso, siguió su desarrollo, incluso hay registros de que allí nació el reconocido compositor y músico Antonio Cabezón, organista, arpista y compositor del rey Felipe II.
El resto de la historia es más que conocida. En 1492 los judíos fueron expulsados de España por los Reyes Católicos mediante el Edicto de Granada. Se sabe que muchos permanecieron como “criptojudíos” adheridos a su fe de forma confidencial, mientras declaraban públicamente ser cristianos. Otros murieron en manos de La Inquisición Española. No hay certeza del momento en que al pueblo le cambiaron el nombre, la primera referencia documental de “Castrillo Matajudíos” tiene fecha de 1564. ¿Sería una forma de esconder sus raíces? La verdad no se sabe todavía, lo cierto es que por increíble que parezca dicho nombre perduró hasta el año 2015, cuando luego de un referéndum los residentes decidieron devolver el nombre original a su pueblo —Castrillo Mota de Judíos— y dar un paso más allá, desarrollando un interesante proyecto de recuperación de su memoria.
Gran parte de la historia permanece escondida debajo los escombros de la antigua "Mota de los Judíos”. El pequeño cerro que quedó abandonado y cuyos recuerdos fueron cubiertos poco a poco por el paso de los años. Ahora gracias a las excavaciones arqueológicas se están encontrado tesoros como: restos de muros de edificios, calles, aterrazamientos, objetos de cerámica de uso doméstico y hasta fragmentos de candelabros utilizados en la fiesta judía de Janucá.
El principal promotor del proyecto es su alcalde, Lorenzo Rodríguez Pérez, quien tiene muy claro que se trata de un plan ambicioso de justicia histórica y de rescate del pasado sefardí en Castilla y León. Además de los costosos trabajos de excavación arqueológica, se construye en el lugar un Centro de la Memoria, con áreas de exposición y recopilación de la información del lugar. También se ha creado la Asociación Cultural Mota de Judíos a través de la cual se busca apoyo económico para poder avanzar.
Se trata sin duda de un interesante paso de reconciliación entre pueblos que están íntimamente relacionados. Desenterrar los recuerdos puede resultar doloroso, pero es la única forma de hacer justicia histórica. Al descubrir y recuperar el valor de la cultura sefardí rescatamos además el legado de confraternidad y convivencia, tan necesario en nuestros tiempos.
*Agradezco tus comentarios. Puedes compartir las entradas de mi blog en tus redes sociales con solo hacer click aquí abajo.
Comments