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Foto del escritorAlexandra Ciniglio

El Palacio Miramar: un palacio sin rey.

Actualizado: 31 jul 2018


El Palacio Miramar visto desde la bahía.

Al llegar a San Sebastián no estaba entre mis prioridades visitar el Palacio de Miramar. Había leído que el edificio permanecía cerrado al público, aunque estaba permitido recorrer sus jardines. Sin mucha expectativa decidí pasar, aprovechando un rato libre, y debo confesar que el lugar me cautivó. Allí, tumbada sobre la hierba, rodeada de hermosas flores multicolores, escuchando las olas del mar y disfrutando de una agradable brisa fresca de verano, me sentí en el paraíso y pude transportarme en el tiempo.


La historia se remonta al año 1887 cuando la reina regente María Cristina, viuda del rey Alfonso XII, cambió la tradición y decidió que la familia real iría a veranear a San Sebastián, buscando por recomendación médica un sitio fresco y marítimo para su hijo, el niño que ya era el rey Alfonso XIII. Parece que fue amor a primera vista —y yo la entiendo— la reina decidió regresar al siguiente año. El Ayuntamiento reaccionó ofreciéndole como regalo unas parcelas donde construir un palacio; pero ella no aceptó y en 1888 compró dieciocho hectáreas de terreno y contrató la construcción al arquitecto inglés, Selden Wornum. Cuentan que la reina hablaba siete idiomas, disfrutaba de las artes y tocaba el piano. Yo agrego que tenía muy buen gusto, porque encontró la mejor ubicación para su refugio de verano, sobre la Bahía La Concha y frente a la Isla Santa Clara.



Desde entonces la historia de San Sebastián cambió para siempre. La reina acudía con su familia y la corte, y por ende la ciudad se puso de moda. La aristocracia española siguió sus pasos y construyó en la ciudad hermosas mansiones para acompañar a la realeza en sus veranos, durante cuarenta años. El Palacio ya no es de la familia real, pero el cariño por María Cristina es evidente. En 1926 fue nombrada Alcaldesa Honoraria de la ciudad. Hoy uno de los más importantes puentes de San Sebastián lleva su nombre, lo mismo que el más prestigioso hotel, inaugurado por ella misma en 1912.



Un dato curioso es que parte del palacio fue habilitado como colegio-internado y allí cursó sus estudios secundarios el rey emérito Juan Carlos I, padre del actual rey Felipe VI. El Palacio de Miramar es desde 1972 propiedad del Ayuntamiento de San Sebastián y aunque no está abierto para visitas, sus salas se alquilan para realizar eventos privados. Por ejemplo, durante mi visita se celebraba un matrimonio, así que hasta pude hasta celebrar por la felicidad de los novios. El lugar es la sede de los Cursos de Verano de la Universidad del País Vasco y de la fiesta de clausura del famoso Festival Internacional de Cine que se celebra en San Sebastián desde hace sesenta y cinco años. Ya no hay reyes, cortesanos, ni aristócratas, pero te garantizo que te sentirás como un rey durante el recorrido.

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